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Un tercio de los alimentos se desperdician. El desperdicio alimentario contribuye a agravar el problema del hambre en el mundo, la sobreexplotación de recursos naturales y el cambio climático. 

Actualmente se desperdicia en el mundo 1.300 millones de toneladas de alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaria, es decir, un 30% de la producción global de alimentos acaba en la basura.

35.920

Donaciones

9806 €

Donados de 9806 €

100%

Financiado

Lucha contra el desperdicio alimentario
ESPAÑA

Una campaña de

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1800

Beneficiarios directos

Aquellas personas que de forma natural han sido beneficiadas por las acciones desarrolladas en la campaña.

7500

Beneficiarios indirectos

Aquellas personas identificables que reciben un efecto potencial de las acciones desarrolladas en la campaña.

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Descripción

El problema del desperdicio de alimentos no solo tiene implicaciones sociales y económicas, sino también medioambientales. El desperdicio alimentario global lleva implícitas unas emisiones de gases de efecto invernadero de 3,3 gigatoneladas equivalentes de CO2; si el desperdicio alimentario fuera un país, sería el tercer mayor emisor de GEI del mundo. Esto representa entre el 8 y el 10% de todas las emisiones de GEI en el mundo. Además, se desperdician otros recursos naturales limitados como agua y tierras de cultivo.

Durante estos últimos 6 años hemos desarrollado actividades de sensibilización en centros educativos y son muchos los que quieren dar el paso de apostar por acciones que favorezcan la reducción del desperdicio alimentario que se produce en sus comedores.

Cada vez son más los centros educativos que cuentan con procesos de enseñanza aprendizaje con una perspectiva ambiental, cuyo desarrollo tiene repercusiones globales, se desarrolla con procesos participativos y democráticos y se insertan en compromisos y proyectos más ambiciosos como Agenda 21 y Agenda 2030

Actualizaciones y enlaces

Enraíza Derechos (web)

Objetivos de la campaña

El proyecto pretende promover desde la infancia la toma de conciencia sobre la problemática del desperdicio alimentario y sus consecuencias medioambientales, sociales y económicas, promoviendo patrones de consumo más sostenibles y responsables. También se pretende implicar al conjunto de la comunidad educativa en la transformación de los centros educativos hacia espacios más sostenibles, elaborando diagnósticos y un plan específico para cada uno de ellos en función del análisis hecho previamente. 

  • Concienciar al alumnado sobre el problema del desperdicio alimentario y su impacto. 
  • Promover en el alumnado patrones de consumo responsable y sostenible.
  • Transformar los centros educativos en espacios más sostenibles.
Actividades

El proyecto incorpora tres componentes interrelacionados:

  1. Desarrollar un trabajo educativo en las aulas, desde 5º de primaria hasta 4º ESO, a través de actividades educativas: unidades didácticas, juegos, talleres, creatividad, expresión artística, etc. Este trabajo es desarrollado por personal experto de nuestra organización, pero en coordinación con el equipo docente de cada centro educativo. 
  2. Sesiones de trabajo con el resto de la comunidad educativa y otros actores implicados (AMPAs, Consejos Escolares, empresas prestadoras del servicio de comedor).
  3. Auditoría del desperdicio alimentario en el centro educativo: con la implicación de alumnado y profesorado, se desarrolla una medición del desperdicio alimentario en el comedor escolar. Se proveen los equipos necesarios y se capacita y acompaña a un grupo para la realización de la medición en dos momentos.
    • al inicio del curso escolar, cuando estemos haciendo la planificación de actividades docentes, para establecer una línea de base del desperdicio en el centro. Esto requiere seguir un protocolo de medición que se debe desarrollar durante una semana completa para sacar una media suficientemente aquilatada; este dato, además, se utilizará en el proceso educativo para concienciar a la comunidad educativa;
    • después de haber realizado varias sesiones de formación/sensibilización con cada grupo, se desarrollará una segunda medición (enero o febrero) para identificar si la toma de conciencia se está traduciendo en cambios efectivos en los hábitos alimentarios en el comedor escolar; por experiencias previas, suele ser un factor de motivación para reforzar el compromiso de la comunidad educativa.
  4. Acompañamiento a la comunidad educativa para el diseño de un plan específico del centro orientado a la reducción del desperdicio alimentario y a la búsqueda de alternativas más sostenibles para aquella fracción de desperdicio que no sea posible eliminar.

Estas tres fases se pueden desarrollar en un curso escolar completo o en el tiempo que cada centro programa dentro de su plan anual. A los centros se les ofrece la posibilidad de participar en la propuesta completa o sólo en la fase de sensibilización, por lo que el nivel de intensidad de trabajo en cada centro puede variar.

¿Quién se beneficiará?

1800 personas que son alumnado de diferentes centros educativos serán los beneficiarios directos de este proyecto, también se beneficiaran las 7500 personas del resto de comunidad educativa: familias y personal no docente.

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